Hacía un día espléndido, volví a
casa después de un día largo de trabajo, me apetecía andar así que decidí ir
atravesando el bosque en lugar del camino corto por la carretera. Los pájaros
cantaban y las hojas de los árboles sonaban con el viento. Mientras avanzaba en
mi camino despacito admirando la belleza del bosque, tropecé, caí y me golpee
la cabeza.
Al abrir los ojos vi que no había
caído por un tropezón, sino que había caído en un pozo. La luz era escasa, pero
siempre llevaba una linterna conmigo, nunca sabía cuándo podría hacerme falta.
La encendí y vi que igual podría escalarla, pero la pared era muy resbaladiza por
la humedad, había mucho musgo y no ayudaba para salir de ahí. Miré hacia arriba
y pude ver que había unas tablas rotas, a mis pies había el resto de esas
tablas, las pisé sin darme cuenta.
Ahora estaba sola, en un pozo dentro
de un bosque solitario por donde apenas pasa gente, gritar sería en vano, por
lo menos tenía agua potable que brotaba de la pared del pozo. Allí olía mucho a
humedad, no podía ver bien que había bajo mis pies, pero tampoco quería
saberlo.
Pasaban las horas y escuché
pisadas cerca, grite “¡Socorro, aquí abajo, me he caído a este pozo!” “¡ayuda!”
podía oír perfectamente cómo se acercaban los pasos hacia mi posición y como mi
corazón se aceleraba a la vez. Se asomó una figura, pero no dijo nada, me miró
y se marchó. Seguí gritando y pidiendo ayuda, pero ya no escuchaba nada,
solamente el cantar de los pájaros en la lejanía. Intenté escalar la pared pero
me resbalaba una y otra y otra vez. Aquella figura volvió, no paraba de mirar
hacia mí y se marchaba así varias veces durante el día. Cayó la noche y
escuchaba el aullido de los lobos, perros salvajes y otros sonidos de animales
que desconozco. No tenía miedo, solamente tenía frío y muchas ganas de salir de
aquél lugar, pero nadie me socorría, incluso por la noche no paraba aquella
figura de mirarme, pero en ningún momento dijo nada. Agotada me quedé dormida,
sentada apoyando mi espalda contra la fría y húmeda pared del pozo.
Me desperté al golpearme los
rayos del sol en la cara, era muy fuerte y molesto para mis ojos. Apenas podía
ver, pero noté que me estaba moviendo. No me encontraba dentro del pozo, algo
me estaba llevando a rastras por el bosque. No tengo ni idea de cómo salí de
aquél lugar. Cuando pasaba por una zona de sombra mis ojos ya eran capaces de
ver bien y vi como aquella persona, que, en realidad, no es una persona, era un
ser peludo, gigante, enorme. Me llevaba arrastrándome por el suelo tirando de
mi pierna. Reaccioné retorciéndome, gritando, pidiendo ayuda, aquél ser no paró
en ningún momento, me miró y siguió adelante.
Luché con todas mis fuerzas no
podía más y me rendí. Me dejó tirada en frente de la puerta de una cabaña de
madera medio podrida y se marchó corriendo. Intenté hablar, pero no pude,
intenté hacer sonar la madera, pero estaba exhausta y no tenía fuerzas para
emitir ningún sonido. A los pocos segundos, apareció un hombre joven, moreno, delgado
y alto, muy alto, era cazador y vivía en ese bosque. Me ayudó a levantarme, me
dio alimento y me curó las heridas que tenía por la caída al pozo y el haber
sido arrastrada.
Me preguntó que me había pasado y
como llegue, afortunadamente, en tan mal estado hasta su cabaña. Le conté la
historia y el hombre me dijo que a él también le pasó algo parecido y que le
dejaron en aquella cabaña, pero en su caso no apareció nadie. El hombre decidió
quedarse a vivir allí ya que no recordaba quien era ni cómo salir del bosque,
lo había intentado muchas veces, pero siempre acababa en esa cabaña.
Me quedé todo el día en la cabaña
descansando y hablando con el hombre y a la mañana siguiente me despedí de él y
me puse en marcha para buscar la salida del bosque y regresar a mi casa.
Después de una mañana entera andando y mirando por donde pisaba para no caer de
nuevo, encontré un camino que me resultaba familiar, lo seguí y acabé saliendo
en el pueblo. Antes de seguir adelante, me di la vuelta y di las gracias al
aire, sabía que aquél ser me salvó la vida y sabía que me escuchaba.
Al volver a casa, mi familia se
asustó al verme con la ropa andrajosa y llena de barro, no se dieron cuenta que
había estado dos días fuera, en realidad, para mi había pasado dos días, para
ellos no había pasado ni media hora desde que salí del trabajo. Nunca conté la
verdadera historia, conté que me caí en el bosque, pero jamás hablé sobre la
criatura que me salvó la vida y el hombre que me cuidó, ya que no se lo creerían
nunca y porque así estarían protegidos como me protegieron a mí.
It was a beautiful day, I came home after a long day of work, I wanted take a walk so I decided to walk through the forest instead of the short way, the road. Birds sang and sounded tree leaves in the wind. While, on my way, I slowly progressed admiring the beauty of the forest, I stumbled, fell and hit my head.
I opened my eyes and I saw that I had not fallen for a stumble, I had fallen into a well. The light was scanty, but I always carried a flashlight with me, never knew when I need it. I lit it and saw that just might climb, but the wall was very slippery with moisture, plenty of moss and did not help to get out. I looked up and saw that there were some broken boards, at my feet had the rest of these tables, I inadvertently stepped on.
Now I was alone, in a well in a lonely forest where people scarcely pass away, would scream in vain, at least had water pouring from the walls. It smelled damp, could not see well under my feet, but I did not want to know what there was.
The hours passed and I heard footsteps near, I screamed "Help, here below, I crashed into the well!" "Help!" Could hear perfectly how they approached the steps to my position as my heart raced at a time. I saw a figure, but said nothing, looked at me and left. I kept screaming for help, but I do not hear anything, only the birds singing in the distance. I tried to climb the wall but I slipped over and over and over again. That figure turned and kept looking at me and left so many times during the day. Night fall and I heard the howling of wolves, wild dogs and other animal sounds that were unknown to me. I was not afraid, but I was cold and eager to get out of that place, but nobody was helping me, even at night that figure kept looking at me, but never said anything. Exhausted I fell asleep, sitting resting my back against the dank pit wall.
I woke up with the sun beating on my face, was very strong and annoying to my eyes. I could barely see, but I noticed that I was moving. I was not in the well, I was being dragged through the woods. I have no idea how I got out of that place. When passing through a shady area and my eyes were able to see well, I saw that figure, which actually is not a person, he was a hairy giant, huge. I was crawling across the floor pulling my leg. I reacted writhing, screaming for help, it will not be stopped on any time, looked at me and moved on.
I fought with all my strength and I could not more, I surrendered. It left me lying in front of the door of a log cabin rotting and ran away. I tried to speak, but I could not, I tried to sound wood, but was exhausted and I had no strength to make a sound. A few seconds later, a man appeared, he was young, dark hair, slim and tall, very tall, he was a hunter and lived in that forest. He helped me up, gave me food and I had healed the wounds that I made by falling into the well and being dragged.
He asked me what had happened and how I came, fortunately, so bad tohis cabin. I told him all the story and the man told me that also happened to him something similar and he was left in that cabin, but in that moment no one came. He decided to stay there because he could not remember who he was and how to get out of the forest, he had tried many times, but always ended up in that cabin.
I stayed all day in the cabin resting and talking to the man and the next morning I said goodbye to him and I set out to find the exit of the forest and go home. After an entire morning walking and looking where to avoid falling stepped back, I found a path that looked familiar, so I went out and ended up in the village. Before going further, I turned around and I said "thank you" to the air, I knew that being saved my life and I knew that it was listening.
Upon returning home, my family was shocked to see me with clothes tattered and muddy, They did not realize it that I had been two days out there, in fact, for me was two days out there, but there was no past or half hour from I left the job. I never told the real story, I told them that I fell in the forest, but I never talked about the creature that saved my life and the man who took care of me, and They would not believe me and because they would be protected as well they protected me.