Se despertó con un dolor
de cabeza horrible sin poder recordar que había pasado el día anterior. Poco a
poco sus ojos se acostumbraron a la penumbra que hacía en la habitación. Miró
alrededor pero aquella habitación no era la suya, no había muebles, solo la
cama en la que estaba acostado. Las paredes estaban pintadas de blanco, un
blanco tan brillante que casi iluminaba todo el habitáculo estando a oscuras.
Intentó recordar que hacía allí, que lugar era aquél, pero no había manera ese
dolor de cabeza le estaba matando y no podía ni pensar. Se quedó en silencio
escuchando a ver si algún sonido podría darle una pista de dónde estaba, nada,
no se oía nada, todo era silencio, un silencio que le provocaba aún más dolor
de cabeza. “¿Qué me ha pasado?” “¿Dónde estoy?” son las preguntas que rondaban
por su cabeza una y otra vez.
Se levantó de la cama y
casi se cae de golpe al suelo del mareo. Le dolía la cabeza, estaba mareado, no
sabía dónde estaba y ahora no podía ni moverse. El cuerpo lo tenía como
paralizado, pero quería salir de allí. Se arrastró como pudo palpando las
paredes en busca de una puerta, las paredes a parte de ese blanco brillante
estaba acolchado, como una maldita celda de un loquero. Encontró la puerta,
pero estaba totalmente cerrada, miró sus bolsillos y no tenía nada.
Bajo la cama algo se
iluminaba llamando su atención, poco a poco iba consiguiendo fuerzas para
mantenerse de pie, pero esta vez fue arrastrándose rápido hasta allí. Dio la
vuelta a la cama para apartarla y poder coger lo que había debajo, era una
llave y una caja con un candado. Abrió la caja con la llave y había una ganzúa.
Cogió la ganzúa y se desplazó hasta la puerta, nunca había abierto una puerta
antes con eso, pero la abrió a la primera.
Al salir todo era
penumbra, no había nada más que una sala más grande con varias puertas
oxidadas que no se iban a abrir fácilmente. Arthur no veía apenas nada entre la
oscuridad, empezó a andar de espaldas paso a paso despacito hasta que tropezó y
cayó sobre una camilla rompiendo aquél silencio que parecía eterno. Se oyeron
voces, gritos, gruñidos que no provenían de él, pero no pudo escucharlo
claramente con el ruido que había provocado con el tropiezo.
Cuando el silencio volvió
a inundar el lugar empezó a escuchar pasos a su alrededor, pero era incapaz de
ver, las paredes estaban oscuras, parecían negras en comparación con la habitación
en la que se encontraba antes. Notó una gran respiración en su nuca, pero él
aún se mantenía tumbado en aquella camilla, congelado de frío, hacía mucho frío
y escuchando un gruñido que sonaba por toda la estancia.
El gruñido acabó siendo
una voz que sonaba como la voz de un loco que gritaba cosas sin sentido alguno,
pero una de las palabras que más repetía era “Arthur morirás” el hombre al
escuchar claramente esas palabras y al estar aterrorizado consiguió fuerzas
inhumanas para levantarse y salir corriendo mirando puerta por puerta si alguna
abría, pero ninguna podía abrirse, estaban tan atascadas que ni el hombre más
fuerte de la tierra podría abrirlas, lo que Arthur no sabía es que las puertas
estaban tapiadas desde el otro lado.
Arthur estaba atrapado en un manicomio
abandonado sin recordar que hacía allí y por qué un ser que no podía ver le decía
que iba a morir, se topó con una foto dentro de un marco en el suelo. Era él, con una
bata blanca, como si fuera un médico y junto a él un hombre muy delgado que no
parecía muy cuerdo, era su paciente.
Entonces, pudo
recordarlo todo, lo vio como en un flashback de película, Arthur no era más que
el médico que observaba la evolución de ese paciente que aparecía en la foto.
En una de sus visitas a éste paciente le dio un brote psicótico y le robó el
bolígrafo que llevaba en la bata y se lo clavó en la yugular diciendo “Arthur
Morirás” exactamente las palabras que estaba escuchando, entonces pudo verlo,
vio a su paciente, pálido enfrente suyo, falleció ese mismo día junto a él, se
cortó las venas con un bisturí que encontró en los bolsillos de Arthur. Ambos
estaban atrapados a revivir aquella historia una y otra vez durante toda la
eternidad.
Author Christian G. you can see more arts http://www.christiangabrielart.com/apps/webstore/ and you can buy this one http://agoodwincollections.com/products-page/artwork/ |
He awoke with a terrible headache, he could not remember what had happened the day before. Slowly his eyes adjusted to the darkness that was in the room. He looked around the room but not his own, there was no furniture, just the bed he was lying. The walls were painted white, a white so bright it lit up the whole interior almost still dark. He tried to remember why was there, what that place was, but there was no way, that headache was killing him and could not think. He was silent listening to see if any sound might give him a clue where he was, nothing, heard nothing, all was silence, a silence that caused even more stronger that headache. "What happened to me?" "Where am I?" Are the questions that were in his head over and over again.
He got out of bed and nearly fell to the floor of a hit by the dizziness. He had a headache, was dizzy, do not know where he was and now he could not move. The body was like paralyzed, but he wanted to get out. He crawled as he could touching the walls looking for a door. The walls of that place a part of was bright white it was padded like a fucking a asylum room. He found a door, but it was completely closed, looked his pockets and he had nothing.
Under the bed there was something glimmered that calling his attention, he was slowly getting strength to stand, but this time was fast creeping up there. He turned the bed to take what was underneath was a key and a lock box. He opened the box with the key and had a picklock. He took the picklock and moved to the door, never open a door before that way, but opened it fast.
Out from that room, everything was dark, there was nothing more than a larger room with several rusty doors that he would not open easily. Arthur did not see hardly anything in the darkness, he began to walk slowly step by step back until he stumbled and fell on a stretcher breaking the silence that seemed eternal. There were voices, screams, growls that they not came from him, but he couldn't clearly hear that because he caused a loud noise by the trip.
When silence again flooded the place, he began to hear footsteps around him but he was unable to see, the walls were dark, black seemed compared to the room where he was before. He noticed a big breath on his neck, but he still remained lying in that stretcher, he was frozen with cold, was very cold and he was hearing a growl that sounded through all the room.
The growl ended up being a voice that sounded like the voice of a madman screaming nonsense things at all, but one of the most repeated words was "Arthur, you will die" the man clearly listened those words and being terrified he got an inhuman force to rise and run from door to door looking if he can opened one, but none was open, they were so stuck that neither the strongest man on earth could open them, which Arthur did not know is that the doors were walled up from the other side.
Arthur was trapped in an abandoned asylum with no memory of who was there and why a being who could not see was saying to him that he was going to die, he came across a photo in a frame on the floor. He look it and there were a man in a white coat like a doctor, Arthur, and next to him was a very thin man did not seem very sane, his patient.
Then, he could remember everything, he saw it like a movie flashback, Arthur was no more than the doctor who was studying the evolution of the patient in the photo. In one of his visits to this patient, he gave a psychotic break and stole the pen that Arthur had in his coat and stabbed in the jugular saying "Arthur, you will die" exactly the words he was hearing, now he could see him, he saw his patient , his face pale, he died that day with him, slashed his wrists with a scalpel that he found in the pockets of Arthur. Both were trapped to relive that story over and over again for all the eternity.
Anur Strigoyu
No hay comentarios:
Publicar un comentario